Sierra Gorda Queretana

El Ritmo de la Sierra: Un Viaje de 2 Días al Alma de Querétaro

Dos días de aventura entre bosques, cascadas y cielos estrellados. Acampa en la montaña, explora senderos escondidos y despierta con la naturaleza. ¡Vive la magia de la Sierra! Reserva tu lugar y déjate maravillar por sus cristalinas aguas, bóvedas imponentes y la serenidad de un paraíso escondido.

incluye:

  • Transporte redondo desde CDMX.
  • Seguro de gastos médicos abordo de nuestro transporte.
  • Guías locales.
  • Coordinadores de grupo.
  • Transporte a todas las actividades mencionadas en nuestro itinerario.
  • Camping en el Rio Escanela.
  • Entradas a las actividades mencionadas en nuestro itinerario.
  • Visita al Pueblo mágico Pinal de Amoles.
  • Visita al Pueblo mágico Bernal.
  • Visita y entrada a la Cascada Chuveje.
  • Visita y entrada al Puente de Dios.
  • Visita y entrada al Rio Escanela.
  • Visita, entrada y guía al Mirador de Cuatro Palos.
  • Visita al Cañón de la Angostura.
  • Botiquín de primeros auxilios.
  • Fotos digitales.

Sierra Gorda

$2,300.00
  • $2100 – Frecuente (3 salidas de cualquier tipo con Xplorvi) 
  • $1900 – Repetida.

  • 5 y 6 de Julio 2025
Categoría: ,

Sierra Gorda

$1,650.00
  • 5 y 6 de Julio 2025
Categoría: ,

Nos embarcamos en una travesía nocturna desde la CDMX a las 11:00 PM, dejando atrás el bullicio urbano para adentrarnos en los misterios de la Sierra Gorda. Mientras la carretera serpentea hacia Querétaro, seguimos la misma ruta que siglos atrás recorrieran las caravanas de plata que conectaban las minas de Zacatecas con la capital novohispana, camino que también sirvió de refugio a insurgentes durante la Guerra de Independencia.
El amanecer nos sorprende ascendiendo hacia Cuatro Palos, el mirador que los antiguos chichimecas llamaban “El Ombligo del Mundo”. A 2,800 metros de altura, donde el aire es tan puro que parece líquido, contemplamos cómo los primeros rayos de sol incendian el mar de montañas. Este lugar guarda un secreto: durante el equinoccio, el sol sale exactamente detrás del Cerro del Zamorano, alineándose con una piedra ceremonial que los chichimecas usaban como calendario. Las cámaras capturan el espectáculo, pero ningún lente puede transmitir la energía de este sitio sagrado donde, según las crónicas franciscanas, los chamanes realizaban rituales para pedir lluvia.
Descendemos luego a Pinal de Amoles, el “Pueblo de la Niebla Eterna”, fundado en 1609 como real de minas. Sus calles empedradas guardan historias de gambusinos que extraían plata con métodos tan rudimentarios que hoy parecen leyenda. En el mercado local, probaremos los famosos “muéganos”, dulce heredado de las monjas clarisas que llegaron en el siglo XVIII, mientras aprendemos que este pueblo fue clave en la Ruta de la Plata y testigo de batallas durante la Revolución Mexicana.
La aventura continúa hacia la Cascada Chuveje, donde el agua cae 35 metros sobre rocas volcánicas de 65 millones de años. Los jonaces, últimos guerreros chichimecas, consideraban este lugar sagrado y realizaban ceremonias de purificación en sus pozas. Hoy, sus aguas color esmeralda teñidas por minerales que liberan las rocas. Los más atrevidos podrán saltar desde las pequeñas plataformas naturales, como lo hacían los jóvenes guerreros en ritos de iniciación.
Al caer la tarde, llegamos a Río Escanela, nuestro refugio entre pinos y encinos. Mientras armamos el campamento, descubrimos que este valle fue el último reducto de los jonaces rebeldes, quienes resistieron aquí hasta 1740.
La noche nos regala un espectáculo cósmico: la Vía Láctea se despliega con una claridad que solo se aprecia en los pocos lugares del planeta libres de contaminación lumínica. Las mismas estrellas que guiaron a fray Junípero Serra cuando estableció las misiones de la Sierra Gorda en el siglo XVIII, hoy nos acompañan mientras dormimos arrullados por el canto de los grillos y el murmullo del río.

El alba nos encuentra rompiendo el campamento mientras la neblina aún se aferra a las copas de los pinos. Hoy buscamos ser los primeros peregrinos en llegar al Puente de Dios, ese capricho geológico donde el río Tallacán ha tallado durante millones de años una catedral natural de piedra rosa. Mientras descendemos por senderos flanqueados por helechos prehistóricos, descubrimos que los antiguos chichimecas llamaban a este lugar “Tzauhná” (Puerta del Cielo), pues creían que aquí los dioses cruzaban entre mundos.
El espectáculo nos quita el aliento: cascadas de agua turquesa caen sobre pozas esculpidas en roca viva, creando un juego de luces que se filtra por las oquedades del “puente”. Las paredes del cañón, que alcanzan los 200 metros de altura, guardan fósiles marinos que nos recuerdan que toda esta sierra estuvo sumergida bajo un océano primitivo.
El Cañón de la Angostura nos espera con sus paredes verticales que estrechan el cielo. Este desfiladero de 15 km de largo fue refugio de guerrilleros durante la Revolución y hoy es santuario del águila real.
El desayuno sabe a gloria después de tanta aventura. Con las energías renovadas, hacemos una última parada en el Mirador Secreto de la Sierra, un balcón natural a 2,600 metros de altura donde la vista abarca tres estados. Aquí, una cruz de madera marca el sitio donde fray Junípero Serra se detuvo a evangelizar a los chichimecas en 1750.
Bernal, nuestro último destino, emerge como un sueño al pie del monolito sagrado. Mientras paseamos por sus calles empedradas, descubrimos que este pueblo minero fundado en 1642 guarda secretos alquímicos: sus talleres de plata aún usan técnicas virreinales. La Peña de Bernal, tercer monolito más grande del mundo, nos vigila imponente. Los aventureros podrán ascender hasta su base (1,350 m.s.n.m.), donde según la tradición, al tocar la roca al atardecer se recibe energía telúrica.
Antes del regreso, hay tiempo para probar los quesos de tuna (herencia otomí) y los vinos de la región, cultivados en viñedos que datan del siglo XVI. La carretera de vuelta a la CDMX se recorre con el corazón lleno de imágenes imborrables: los reflejos turquesa del Puente de Dios, la inmensidad de los cañones, y la silueta protectora de la Peña bañada por el sol poniente.
“La Sierra Gorda no se despide… solo te espera para la próxima aventura. Porque como dicen los viejos del lugar: ‘Quien bebe el agua de sus manantiales, siempre regresa'”.

Protección Solar y Salud

  • Bloqueador solar biodegradable (reef-safe, obligatorio en áreas naturales)
  • Repelente de insectos (ecológico, especialmente para camping y cascadas)
  • Botiquín básico: curitas, antidiarreico, analgésicos, pastillas para mareo.
  • Mascarillas y gel antibacterial (opcional).

Ropa y Calzado

  • Rompe vientos / impermeable: el amanecer en cuatro palos es frio.
  • Ropa ligera y fresca: shorts, camisetas (2-3 mudas)
  • Ropa para el sol: sombrero/gorra, lentes de sol polarizados, pañuelo o buff
  • Abrigo ligero: sudadera o ligero sweater para noches frescas
  • Abrigo grueso: para el frio de la madrugada y el amanecer.
  • Calzado:
    • Tenis o zapatos cómodos para caminatas (Senderos en todas las actividades)

Campamento y Noche

  • Linterna frontal o de mano (indispensable para el campamento)
  • Power bank o batería externa (para cargar celular en zonas sin electricidad)
  • Bolsa de dormir (para campamento)
  • Tapones para oídos (opcional, por ruido de olas/fauna nocturna/ronquidos de vecinos jeje)
  • Tienda de campaña.

Extras Útiles

  • Bolsa para basura (¡no dejar huella!)
  • Almohada de cuello inflable o de microperlas (para dormir en el autobús/camión)
  • Fular o bufanda (puede usarse como manta ligera o para cubrirse del sol)
  • Auriculares con cancelación de ruido (para descansar mejor)

Documentos y Dinero

  • Identificación oficial (INE)
  • Tarjeta de débito/crédito (en algunos lugares aceptan tarjeta)
  • Efectivo (para mercados locales, artesanías, propinas y comidas).

Aseo Personal

  • Cepillo y pasta dental (mini tamaño)
  • Desodorante (en barra o roll-on)
  • Crema hidratante (el sol reseca la piel)
  • Toallitas húmedas (para limpieza rápida)
  • Peine o cepillo pequeño
  • Protector labial con SPF
  • Tampones/toallas femeninas (si aplica)
  • Papel higiénico

Alimentación para el Viaje Terrestre

  • Lunch para el trayecto CDMX-Querétaro:
    • Frutas resistentes (manzanas, plátanos)
    • Barras de cereal o nueces mixtas
    • Sándwiches (evitar mayonesa en climas cálidos)
    • Galletas integrales o cacahuates
    • Agua en termo (mínimo 2 litros por persona)
  • Snacks para excursiones:
    • Fruta deshidratada (arándanos, mango)
    • Chocolate amargo (no se derrite fácil)

Perisur 22:10

Viaducto 22:30 am

Monumento 23:00

Entre las montañas escarpadas y los valles profundos del corazón de México, donde la bruma se enreda en los bosques de pino y el canto de los pájaros se mezcla con el rumor de los ríos cristalinos, se extiende la Sierra Gorda de Querétaro, un paraíso de biodiversidad y cultura que parece detenido en el tiempo. Esta reserva de la biosfera, declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO, es un santuario de cascadas escondidas, cuevas milenarias y pueblos de colores que guardan historias de fe y resistencia.

Explorar la Sierra Gorda es emprender un viaje de contrastes. Durante dos días, caminarás entre selvas exuberantes y desiertos rojizos, descubrirás misiones franciscanas del siglo XVIII —como Concá y Jalpan— cuyas fachadas barrocas narran el encuentro entre dos mundos, y te perderás en la inmensidad de lugares como la Cueva de los Riscos o la Cascada de Chuvejé, donde el agua cae con fuerza sobre pozas de un verde esmeralda. Por las noches, el cielo estrellado, libre de contaminación, te envolverá en un silencio solo roto por el murmullo de la naturaleza.

Este rincón de México no es solo un destino, sino una lección de armonía entre el hombre y la tierra. Las comunidades serranas, herederas de tradiciones indígenas y coloniales, te recibirán con tortillas hechas a mano, café de olla y leyendas que hablan de jaguares y fantasmas. La Sierra Gorda es un recordatorio de que la auténtica aventura no solo se vive, sino se siente.

Respira. Camina. Conéctate. La Sierra Gorda te espera con los brazos abiertos.

Dato fascinante: La Sierra Gorda alberga más de 500 especies de mariposas y es hogar del jaguar, el felino más grande de América. Su nombre, lejos de ser casual, refleja lo “agreste” de su belleza: Gorda por su frondosidad, y Sierra por sus imponentes montañas.

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