Rápidos Jalcomulco Veracruz

🌊 ¡Desafía los Rápidos de Jalcomulco!

Rema, nada y desconéctate en el corazón de Veracruz. Ideal para amantes del rafting y los paisajes de ensueño. Grupos pequeños, guías expertos y adrenalina garantizada. ¡Haz del río tu mejor recuerdo! Reserva tu lugar.

incluye:

  • Transporte redondo desde CDMX.
  • Seguro de gastos médicos abordo de nuestro transporte.
  • Guías experimentados.
  • Bastones de Senderismo.
  • Entradas al parque y/o pagos ejidales.
  • Botiquín de primeros auxilios.
  • Fotos digitales.
  • Visita y entrada a Cascada de Texolo.
  • Visita a pueblo mágico Xico.
  • Visita y entrada a Nace el Agua.
  • Descenso en los Rápidos del Rio Pescados, Jalcomulco.
  • Casco certificado.
  • Chalecos salvavidas.
  • 1 noche hospedaje en el Carrizal (aguas termales).

Rápidos Jalcomulco Veracruz

$2,600.00
  • $2400 – Frecuente (3 salidas de cualquier tipo con Xplorvi) 
  • $2200 – Salida repetida.

Agotado

Categoría: ,

Rápidos Jalcomulco Veracruz

$1,300.00

Agotado

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La aventura comienza cuando la ciudad duerme. Salimos de la CDMX siguiendo la antigua ruta comercial que los pueblos totonacos utilizaban para llevar vainilla y algodón a Tenochtitlán. Mientras avanzamos por la carretera, el paisaje urbano se transforma en campos oscuros que esconden secretos de la Sierra Madre Oriental.
Nace el Agua nos recibe al amanecer con su misterioso canto líquido. Este manantial, donde brotan 5,000 litros por segundo de agua cristalina a 25°C, era considerado por los totonacas como el ombligo del mundo acuático. Mientras nos sumergimos en sus pozas esmeralda, el guía nos cuenta cómo los espeleólogos han descubierto que estas aguas provienen de un sistema de cavernas de 15 km de longitud, aún inexplorado en su totalidad. Las paredes de roca caliza, esculpidas durante milenios, brillan con minerales que pintan reflejos dorados al mediodía.
La adrenalina llega cuando nos enfrentamos a los Rápidos de Jalcomulco en balsa. El río Pescados – antiguamente llamado Huitzilapan (“Río de Colibríes”) por los aztecas – nos desafía con su clase III, donde las aguas bravas han tallado cañones espectaculares. Nuestros guías expertos, herederos de técnicas ancestrales de navegación, nos enseñan a leer el lenguaje del río mientras descendemos entre paredes de jungla virgen. En los momentos de calma, descubrimos cuevas fluviales que los antiguos usaban como refugio ceremonial, y con suerte, podremos avistar nutrias de río o al escurridizo jaguarundi.
Al atardecer, El Carrizal nos recibe como un oasis secreto. Estas aguas termales sulfurosas (38°C) emergen de fallas geológicas activas, cargadas con litio natural que relaja los músculos cansados. Mientras flotamos en las albercas naturales, aprendemos que los españoles del siglo XVI construyeron aquí los primeros baños coloniales, maravillados por sus propiedades curativas. Los locales aún cuentan historias de soldados heridos que sanaban milagrosamente tras sumergirse en estas aguas.
La cena es un festín veracruzano: zacahuil gigante cocido en hoja de plátano, mole de Xico con su aroma a hoja santa, y toronjil silvestre para relajar el cuerpo. Bajo un manto estrellado que compite en brillo con las luciérnagas del cañón, dormiremos con el sonido del río como canción de cuna, preparándonos para mañana seguir el curso de estas aguas legendarias.
“En Jalcomulco, el río no es sólo agua… es memoria líquida que lleva historias de guerreros, exploradores y aventureros. Hoy, lleva también tu historia.”

El amanecer en El Carrizal nos regala un último baño termal, mientras la neblina juega a las escondidas con los cafetales que rodean este oasis. Las aguas sulfurosas, ahora familiares, nos dan su abrazo de despedida mientras aprendemos un último secreto: los antiguos curanderos mezclaban estos minerales con cacao para crear ungüentos sagrados. El desayuno llega cargado de energía: huevos rancheros con salsa de chile poblano, tamales de hoja de milpa (herencia totonaca) y café de olla infusionado con canela de la región.
La Cascada de Texolo nos espera con su rugido ancestral. Al llegar, descubrimos que este salto de agua de 80 metros fue filmado para la película “Depredador” (1987), aunque su verdadera magia está en su historia geológica: forma parte de un sistema de cañones que datan de cuando el volcán Cofre de Perote era activo. Mientras descendemos por los 500 escalones (construidos sobre antiguos senderos totonacas), el rocío nos moja el rostro y el arcoíris permanente de la cascada nos envuelve. Los más aventureros podrán cruzar el puente colgante que desafía el vértigo, donde los lugareños dicen que si pides un deseo cuando pasa el viento fuerte, los espíritus del agua lo escuchan.
Xico, el pueblo mágico que huele a café y vainilla, nos recibe con su encanto barroco. Aquí, donde las calles empedradas guardan secretos de la época colonial, el tiempo parece haberse detenido. Mientras paseamos hacia el restaurante, descubrimos que este pueblo fue el primero en México en cultivar café en 1796, y que sus fachadas color pastel esconden patios llenos de historias.
La comida es una oda a los sabores veracruzanos: mole xiqueño (con más de 35 ingredientes que incluyen chocolate de la región y chiles criollos), zacahuil en hoja de plátano (tan grande que se comparte entre cuatro), y para terminar, helado de vainilla con granos de la orquídea local que los totonacas consideraban un regalo de los dioses. Mientras saboreamos el último café de la región, el guía nos cuenta cómo los abuelos de Xico dicen que quien se lleva una piedra del río siempre regresa… aunque también advierten que el río a veces reclama lo suyo.
El regreso a la CDMX se hace con el corazón lleno de imágenes imborrables: el brillo esmeralda de Nace el Agua, la adrenalina pura de los rápidos, el abrazo cálido de las termales, y ahora, la majestuosidad de Texolo y los sabores que hicieron famoso a Xico. Mientras la carretera serpentea de vuelta a la ciudad, algo ha cambiado en nosotros: ahora llevamos dentro el ritmo del río, el olor a café recién tostado, y la certeza de que Veracruz no se visita… se vive.

Protección Solar y Salud

  • Bloqueador solar biodegradable (reef-safe, obligatorio en áreas naturales)
  • Repelente de insectos (ecológico)
  • Botiquín básico: curitas, antidiarreico, analgésicos, pastillas para mareo.
  • Mascarillas y gel antibacterial (opcional).

Ropa y Calzado

  • Ropa ligera y fresca: shorts, camisetas, vestidos de baño (2-3 mudas)
  • Ropa para el sol: sombrero/gorra, lentes de sol polarizados, pañuelo o buff
  • Abrigo ligero: sudadera o ligero sweater para noches frescas
  • Calzado:
    • Sandalias resistentes al agua (para aguas termales y cascadas)
    • Tenis o zapatos cómodos para caminatas (Nace el Agua)
    • Chanclas (para disfrutar las aguas termales)
  • Toalla rápida (microfibra, ideal para playa y snorkel)

Descenso en Rio y Actividades Acuáticas

  • Bolsa seca o impermeable para celular/efectos personales
  • Mochila pequeña resistente al agua (para excursiones)

Extras Útiles

  • Cámara subacuática o GoPro (para fotos de snorkel/cascadas).
  • Power bank o batería externa (para cargar celular en zonas sin electricidad)
  • Bolsa para basura (¡no dejar huella!)
  • Almohada de cuello inflable o de microperlas (para dormir en el autobús/camión)
  • Fular o bufanda (puede usarse como manta ligera o para cubrirse del sol)
  • Auriculares con cancelación de ruido (para descansar mejor)

Documentos y Dinero

  • Identificación oficial (INE)
  • Efectivo (para mercados locales, artesanías, propinas y comidas).

Aseo Personal

  • Cepillo y pasta dental (mini tamaño)
  • Desodorante (en barra o roll-on)
  • Shampoo y jabón biodegradables (para no dañar ecosistemas acuáticos)
  • Crema hidratante (la sal y el sol resecan la piel)
  • Toallitas húmedas (para limpieza rápida)
  • Peine o cepillo pequeño
  • Protector labial con SPF
  • Tampones/toallas femeninas (si aplica)
  • Papel higiénico (enrollar un poco en una bolsa zip)

Alimentación para el Viaje Terrestre

  • Lunch para el trayecto CDMX-Veracruz:
    • Frutas resistentes (manzanas, plátanos)
    • Barras de cereal o nueces mixtas
    • Sándwiches (evitar mayonesa en climas cálidos)
    • Galletas integrales o cacahuates
    • Agua en termo (mínimo 2 litros por persona)
  • Snacks para excursiones:
    • Fruta deshidratada (arándanos, mango)
    • Chocolate amargo (no se derrite fácil)

Perisur 23:10

Viaducto 23:30 am

Metro Guelatao 23:59

Entre las montañas selváticas y los ríos embravecidos de Veracruz, donde el aire huele a tierra mojada y el rugido del agua anuncia la aventura, se esconden dos joyas de la naturaleza: El Carrizal y Nace el Agua. Estos rápidos, tallados por siglos de corrientes furiosas, ofrecen una experiencia que combina adrenalina, paisajes deslumbrantes y la calma mágica de los manantiales donde el agua parece brotar del corazón mismo de la tierra.

Navegar estos rápidos es bailar con la fuerza del río. Durante dos días, sentirás la emoción de desafiar las olas en El Carrizal, donde las aguas turquesas y espumosas te llevarán en un viaje lleno de saltos y risas, mientras la selva veracruzana —con sus árboles gigantes y aves coloridas— te observa desde las orillas. Después, en Nace el Agua, la corriente se transforma en un remanso de paz: aquí podrás sumergirte en pozas cristalinas, dejarte llevar por suaves toboganes naturales o simplemente descansar bajo la sombra de las ceibas, escuchando el murmullo del manantial que da vida a este paraíso.

Este viaje no es solo una aventura, sino un recordatorio del poder rejuvenecedor del agua y la selva. Las comunidades locales, guardianas de estos ríos, te recibirán con historias de la región y platillos típicos como los molecos (pequeños crustáceos de río) o un zacahuil fragante, cocinado bajo tierra. Los rápidos de Veracruz no solo emocionan; conectan.

Atrevete. Sumérgete. Revive. El río te espera con sus brazos de agua y espuma.

Dato fascinante: El nombre Nace el Agua no es metafórico: aquí emerge un manantial que da origen a todo un sistema de ríos, filtrándose desde las cavernas subterráneas de la sierra veracruzana.

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